domingo, 21 de junio de 2020


DOMINGO CERVERA CAÑIZARES: A LA VANGUARDIA DE LAS  INVENCIONES ELÉCTRICAS EN LOS INICIOS DEL SIGLO XX.

Publicado en revista la Serranica nº 52, 2016

            Las innovaciones tecnológicas que surgieron en las últimas décadas del siglo XIX convirtieron a la electricidad en la fuente de energía prevaleciente. La progresiva sucesión de aplicaciones que fue adquiriendo el fluido eléctrico, permitió impulsar una segunda revolución industrial. El suministro de electricidad se aplicó al alumbrado público e iluminación de las viviendas, a los procesos productivos industriales con aplicaciones en motores eléctricos, metalurgia, refrigeración  o también en el campo de comunicaciones como la telefonía y la radio, novedades que representaron una verdadera revolución económica y social.
            La electrificación comenzó a extenderse lentamente en España a partir de 1875, gracias a la intervención de varios ingenieros. En 1881 se crearon diversas empresas productoras de electricidad que comercializaban la energía a los consumidores. Las principales ciudades iniciaron la aplicación del fluido eléctrico en la iluminación de calles, siendo Gerona la primera ciudad española que tuvo red de alumbrado público en 1886.
Domingo Cervera Cañizares. HDBN. Revista Ilustrada de
 Banca  25/09/1900
            La instalación de una central eléctrica no requería un coste económico muy elevado en estos años, y mediante la inversión de un moderado importe de capital se podía obtener corriente eléctrica. El fluido eléctrico llegó a Aspe en 1896 por iniciativa de Luís Gumiel García, hombre de grandes inquietudes y espíritu emprendedor, que instaló una turbina en el denominado Molino de la Fábrica de la Luz, situado en el cauce del río Vinalopó cuando discurre por el paraje del Estrecho del Río[1]. El salto de agua  generó corriente eléctrica para Aspe, Novelda y Monforte. Era año par y correspondía a Aspe celebrar las fiestas bienales a la Virgen de las Nieves. La Serranica fue recibida en 1896 con la novedad de disponer de alumbrado eléctrico en las calles por donde formalizaría  la procesión de entrada, así como en la Plaza Mayor[2].
La historiografía local apenas ha abordado la figura de Domingo Cervera Cañizares, una figura muy interesante en el panorama científico-técnico español a comienzos del siglo XX. Más célebre es su hermano Vicente Cervera, fundador de una emblemática cerámica e inventor de un motor de gas pobre. El Ayuntamiento le dedicó una vía en la antigua calle Cipreses, lugar donde tuvo ubicada su antigua cerámica.
Domingo Cervera Cañizares nació en Aspe el 4 de diciembre de 1870[3], bajo el seno familiar de Vicente Cervera Sánchez y María de las Nieves Cañizares Sánchez. Desconocemos la formación académica o profesional que pudo recibir, pero su enorme talento debió tener un gran contenido autodidacta. Revela su capacidad inventiva cumplidos los 23 años, confeccionando un dispositivo para almacenar la fuerza motriz del viento. El mecanismo era adaptable a relojes, estaciones de ferrocarril, dinamos eléctricas, elevaciones de agua, etc. Aplicado a un reloj de pared, actuaba sobre los muelles del mecanismo, acumulando fuerza para 20 o 30 días, y contaba con la ventaja de no tener que darle cuerda[4].
Entrada a la  Exposición Universal de París, 1900.
            Contrajo nupcias con Francisca Alonso Blasco, el matrimonio tuvo siete hijos, Domingo, Daniel, Máximo, Próspero, Julio, Julia y Nieves, la familia asentó su residencia en Madrid, donde localizamos a Domingo en 1899.  La prensa se hacía eco de sus innovaciones eléctricas, cuyos diseños consistían en un nuevo modelo de intercalador que limitaba la corriente eléctrica, un corta-circuitos automático que dotaba de mayor seguridad la manipulación de los cables eléctricos, y llaves para graduar a voluntad la luz eléctrica[5].
             En el contexto de un incesante desarrollo científico e industrial de las naciones europeas y de los Estados Unidos, surgieron a mediados del siglo XIX las grandes exposiciones internacionales. Una de sus finalidades era mostrar las aportaciones novedosas del sector industrial que iban emergiendo en los distintos países. París fue la ciudad encargada de organizar la exposición internacional  en el año 1900, inaugurada el 14 de abril. Sus puertas permanecieron abiertas hasta el 12 de noviembre, Domingo Cervera concurrió a este gran certamen internacional con sus innovaciones eléctricas, constituidas fundamentalmente por cuatro dispositivos:   
            -Limitador de corriente o Intercalador eléctrico. Su finalidad era restringir el gasto de fluido eléctrico a una cantidad contratada, que sustituía a los conmutadores y hacía innecesarios los contadores, economizando el gasto. Si el usuario rebasaba el número de amperes contratado, el intercalador actuaba produciendo intermitencias en las lámparas y disminución en la intensidad de la luz. Perturbaciones que no desaparecían hasta que el cliente disminuía el exceso de consumo, y se equiparaba al fluido contratado con la empresa.  El dispositivo permitía regularse en función de las necesidades del abonado, y adaptarse al número de lámparas que precisase instalar.
            Los intercaladores podían ser calibrados con gran precisión, permitiendo la venta de amperes para mínimas cantidades de electricidad, así como podían aplicarse a instalaciones de gran consumo, o bien utilizarse para delimitar el gasto de motores y contabilizar las horas de funcionamiento. Cervera había construido aparatos de distinta tipología y tenía vendidos más de 30.000 unidades en España y el extranjero.
            - Nuevo Reóstato eléctrico o Llave Reóstato: A su función principal de encendido y apagado de la luz, se completaba la capacidad de regular la intensidad de la corriente, posibilitando mayor economía en el consumo. Preservaba la vida útil de las lámparas, ya que en estos años, cuando se efectuaba el encendido, habitualmente se fundían los filamentos de las bombillas.
            - Cortacorrientes automático Cervera o Salvavidas para los cables de tracción eléctrica: Se trataba de un dispositivo que evitaba desgracias personales en los casos de roturas de cables aéreos con flujo eléctrico, o bien la caída de un cable eléctrico sobre otro similar. De especial aplicación al cableado del tranvía, el  cortacorriente podía instalarse sobre los brazos de columna que sustentaban los cables eléctricos. Si el trayecto de la línea era extenso, mientras no circulasen tranvías, el cableado no tenía corriente. El fluido se activaba a medida que pasaba un vehículo, pero una vez que había transitado por el cableado, este quedaba nuevamente desactivado hasta que no circulase otro tranvía, lo que permitía al vehículo tomar la corriente automáticamente de columna a columna.
- Aparato de venta automática de electricidad: Diseñó un dispositivo que permitía vender la corriente eléctrica a domicilio sin necesidad de instalación. El consumidor que carecía de instalación eléctrica, podía comprar el fluido que necesitase introduciendo monedas en un dispositivo con ranuras, cuyo mecanismo estaba conectado mediante un cable a la empresa productora de energía[6].
La Época, 27 de mayo de 1901
De los expositores españoles concurrentes a la Exposición Internacional de Paris, Domingo Cervera fue el único inventor doblemente galardonado en la sección de electricidad. Recibió una medalla de oro por su aparato limitador de corriente, y una medalla de plata por el conjunto de dispositivos eléctricos aplicables al alumbrado[7].
A primeros de abril de 1901, la Revista Ilustrada de Banca manifestaba la necesidad de que el Ayuntamiento de Madrid tomase una determinación para prevenir los frecuentes accidentes que se producían en  la línea del tranvía por roturas de cables eléctricos. El Gobierno había creado una comisión técnica con la finalidad de que elaborara un informe sobre las medidas a adoptar, pero la resolución se dilataba. El artículo apostaba por el dispositivo proyectado por Cervera, denominado Salva-vidas, y  rememoraba el brillante reconocimiento que obtuvo en la Exposición Internacional de Paris, describiendo el funcionamiento de su mecanismo[8].
Palacio de la electricidad, Exposición de Paris, 1900
            El renombre y distinción de Cervera traspasaba fronteras. Sus oficinas y talleres estaban instalados en la calle Fuencarral 127 y 143 de Madrid.  Junto a los dispositivos anteriormente descritos, fabricaba interruptores de distintas maderas y porcelana, contrapesos y llaves en forma de pera de gran calidad, que competían con las procedentes del extranjero[9].
En el verano del año 1901, los jardines del Buen Retiro fueron el escenario de una exposición de la industria madrileña participando gran número de pequeñas empresas. Fue el primer evento de estas características que se celebraba en Madrid, el acceso al recinto se efectuaba mediante abono de una entrada. La Revista Ilustrada de Banca abogaba por un precio más asequible para que la clase obrera tuviera oportunidad de asistir a este muestrario de las industrias[10]. Cervera participó en la exposición exhibiendo sus aparatos eléctricos premiados en Paris, el jurado del certamen concedió  un diploma de primera clase y una medalla de plata a Domingo Cervera por los aparatos expuestos en el recinto feriado[11].
Las publicaciones científicas del momento divulgaban las cualidades del aparato vendedor de luz eléctrica a domicilio. El dispositivo permitía  al abonado abonar el fluido  exacto que consumía, evitando los innumerables inconvenientes que manifestaban los contadores, -susceptibles de ser puenteados con el consiguiente fraude de consumo para la empresa-. El «vendedor de luz»  disminuiría las múltiples reclamaciones que presentaban los consumidores por facturas irregulares, y posibilitaba el acceso de las clases humildes al consumo de luz eléctrica, sin tener que abonar el crecido alquiler mensual de un contador[12]. El fundamento del mecanismo consistía en accionar automáticamente el cierre de un circuito eléctrico, mediante la acción del peso de las monedas. El coste monetario correspondía al importe del fluido deseado, permitiendo el paso de la corriente. Se accionaba mediante la rueda de escape de un aparato de relojería, y a través de un mecanismo de cuerda, se regulaba el tiempo de duración del fluido eléctrico. Obtuvo patente de invención de este dispositivo por un plazo de 20 años.
Domingo Cervera Cañizares y su familia. La Memoria Rescatada
Candela Guillén y Mejías López. Fotografía y Sociedad en Aspe
1870-1976, Volumen II.
Domingo Cervera había fundado en Madrid la sociedad mercantil «Cervera y Compañía» alrededor del año 1898. Ante la creciente demanda de sus componentes eléctricos, en 1902 decidió constituir una sociedad anónima mediante la emisión de acciones, denominada «El adelanto en aparatos eléctricos», cuyo capital pretendía que alcanzara un millón de pesetas, fraccionándose en acciones amortizables de 500 pesetas[13].
            La Revista Ilustrada de Banca daba cuenta de un nuevo ingenio concebido por Cervera en abril de 1902. Se trataba del amperímetro contador consultor, que trataba de resolver las deficiencias de los contadores existentes. El aparato se componía de un amperímetro que medía la intensidad de la corriente, combinado con un reloj que medía el tiempo. Conociendo la intensidad y los tiempos en que actuaban durante la circulación de la corriente, se multiplicaban los factores entre sí a través de un mecanismo concebido por Cervera, que automáticamente calculaba las operaciones aritméticas para determinar el consumo. Amperímetro, reloj y mecanismo, todo era creación de Domingo. La fabricación del contador comenzaría tan pronto recibiera la nueva maquinaria y estuvieran acabados los troqueles[14].
En el mismo mes, nuestro científico realizó una demostración práctica del aparato salvavidas. Solicitó el permiso del Marqués de Santillana, propietario de una central eléctrica situada en Colmenar Viejo, y en compañía del ingeniero Sr. Cañadas y del Sr. Zamora, demostró que en caso de rotura y caída del cable eléctrico a tierra, todo el tramo comprendido entre dos aparatos salvavidas -que debían estar instalados entre poste y poste-, permanecía sin corriente y por tanto era inofensivo para el ciudadano. Ingenio que era adaptable al cableado del tranvía[15].
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La sociedad «El Adelanto en Aparatos Eléctricos» fue constituida ante el notario Juan G. Ocampo, e inscrita en el Registro Mercantil con un capital de 300.000 pesetas. Emitió 600 acciones amortizables por valor de 500 ptas. /acción, que rendían un interés anual del 6 %. De las 600 acciones habían sido suscritas 400, conservándose 200 acciones en cartera hasta el 31 de julio de 1902[16]. A mediados de junio, la Revista Ilustrada de Banca elogiaba la actitud del alcalde madrileño Alberto Aguilera, dirigida a que las empresas explotadoras del servicio de tranvías, adoptasen todas las medidas de seguridad posibles para evitar accidentes, recomendando la adopción del aparato Salvavidas de Cervera, una vez efectuadas las comprobaciones pertinentes[17].
Cervera inscribió sus inventos en el Registro de Patentes, cuya vigencia de explotación perduraba por un plazo de 20 años, otorgándole facultad de recibir ingresos por derecho de patente. En 1903 figuraban reconocidas a su nombre las siguientes patentes:
Nº 29.613. Domingo Cervera y Cañizares. Patente de invención por 20 años, de «Un procedimiento de interruptor para corrientes eléctricas».
Nº 29.614. Domingo Cervera y Cañizares. Patente de invención por 20 años, de «Un aparato amperímetro contador consultable para corrientes eléctricas».
Nº 29.616. Domingo Cervera y Cañizares. Certificado de adición a la patente 27.185, por «Un aparato salvavidas automático para evitar las desgracias por rotura o desprendimiento de los cables de electricidad»[18].
Nº 29615. Un aparato salvavidas automático para evitar las desgracias por rotura o desprendimiento de los cables de electricidad. Patente á D. Domingo Cervera y Cañizares[19].
El vecino de Madrid Raimundo Pérez interpuso demanda judicial contra la junta de administración de la sociedad El Adelanto en Aparatos Eléctricos, integrada por Francisco Zamora, Domingo Cervera, Silverio Luís Cañadas y Francisco Sainz. Impugnaba los acuerdos tomados por este Consejo director los días 12 y 13 de diciembre de 1902 y otras cuestiones anexas. El juez desestimó el proceso y todas las pretensiones planteadas por el reclamante, los demandados resultaron absueltos[20].
          
  Quizá a causa de no obtener el resultado anhelado en su mercantil madrileña, o bien por una sugestiva proposición que le cursaron desde Francia, la familia Cervera trasladó su residencia a Paris en torno al año 1905. El inventor colaboró con la revista la Energía Eléctrica, redactando un artículo en el que describía las cualidades y características de su electrolimitador armonizador Cervera, remitiendo el artículo  desde la capital parisina[21]. En ese año había inscrito una nueva patente con el número 34.297, sin que conozcamos a qué diseño eléctrico correspondía. Unos años después, la oficina de patentes de Estados Unidos registró el 19 de mayo de 1908 su interruptor automático de corriente, Domingo mantenía su domicilio en Paris[22].

            No tenemos constancia del retorno parisino de la familia Cervera, que pudo producirse en el año 1914, cuando se iniciaron las hostilidades de la primera guerra mundial. A fines de ese año Domingo Cervera residía en España, probablemente en Madrid, ya que solicitó patente para un  «Nuevo sistema de horario ajustado al sistema decimal, denominado Decimal Cervera», licencia que se le concede en 1915 con el número de registro 59277[23].

La divulgación de los beneficios del turismo y la faceta cultural de Domingo Cervera.

            La estancia en la sugestiva y hermosa ciudad de París dejó profunda huella en el inventor aspense. Regresó a España enormemente sensibilizado de la trascendencia que podría adquirir el turismo en el progreso de la economía hispana. Avanzado a su época, Cervera fundamentaba sus argumentos en la pretensión que habían formulado más de 1 millón de turistas estadounidenses durante 1916. Los norteamericanos habían solicitado pasaje para visitar París, una vez que concluyera la contienda mundial, con el ánimo de comprobar los estragos causados por la guerra. Inculcado por el ánimo de poder captar un considerable flujo turístico europeo  y americano hacia España, Cervera fundó una oficina central en Madrid, con la intención de extenderse por las provincias españolas a través de comités que tuvieran a su cargo la organización de fiestas, exposiciones de los productos nacionales y todo aquello que despertara la expectación del visitante extranjero.
           
Guía turística de Alicante, 1930. Inserta publicidad de
Daniel Cervera
 Domingo apuntaba un conjunto de sugerencias tendentes a fomentar la atracción turística. Con motivo del tercer centenario de Cervantes, España podía obsequiar a cada nación con un presente conmemorativo para que fuera expuesto en los respectivos museos estatales. A saber: un estuche con una fotografía esmaltada del inmortal escritor; un episodio del Quijote en placa de plata repujada, con dedicatoria en oro a la nación de destino; dos fotografías en miniatura de la Alhambra de Granada y del Monasterio del Escorial, un tríptico con los tres principales episodios de la historia de Colón… Estas manifestaciones culturales intensificarían la imagen de España en el extranjero, y por ello apelaba a los sectores productivos para que se sumasen a la iniciativa[24].

            Al año siguiente, Cervera constituyó la Sociedad Fomentadora de la Riqueza de España. Congregó una asamblea en el teatro Reina Victoria de Madrid, publicitando que sería presidida por la condesa de Pardo Bazán, pero por incomparecencia de la señora, fue regida por Cervera. Enunció los fines de la Sociedad, glosando los beneficios que reportaría el fomento del turismo, requiriendo la implicación de todo el colectivo social. Planteaba que la mercantil emitiera bonos de 5 pesetas con el objeto de que fueran accesibles a todos los bolsillos, lanzando varias series de 20.000 pesetas y con un interés del 5 % en las cinco primeras series. El escaso público determinó que se desistiera en designar junta directiva[25].
            El inventor aspense permanecía afincado en Madrid, Abrigó la intención de establecer una nueva industria en la Corte, orientada a la fabricación de relojes eléctricos de pared, sobremesa, etc., solicitando una subvención gubernamental de 50.000 pesetas, destinada a la instalación de la empresa. Los relojes portarían dos esferas acopladas  entre sí, una con el horario clásico y otra con los indicadores  de horarios decimales[26].
            Domingo Cervera comenzó a pronunciar charlas divulgativas en distintos lugares de la geografía nacional. Había concluido una exitosa gira en Aragón, y en mayo de 1919 se hallaba en Valencia con el propósito de desarrollar un ciclo de conferencias, cuya temática incidiría en los beneficios que reportaría el turismo en la regeneración económica y social de España. Conferenció en el Ateneo Científico y Mercantil valenciano entre los días 12 al 21 de mayo, y departió en el Centro Aragonés desde el  27 al 29. Los títulos de sus disertaciones eran prolijos:
            1ª Conferencia: Por la riqueza moral y material de España. Conveniencia de llevar a la práctica en la nueva era que va a empezar la hermosa máxima del gran Costa (Despensa y Escuela), para que podamos enriquecernos explotando los preciosos tesoros que nuestra madre posee, empezando por hacer la atracción del turismo y el fomento del excursionismo.
            2ª Conferencia: Conveniencia de la creación de una Liga Universal de la Civilización, para evitar la guerra y otros males sociales, de los que viene afectando a ricos y pobres.
            3ª Conferencia: Parodia del Quijote titulada: El Nuevo Quijote y el Sanatorio Mental para la salud de España. Película que se va a hacer en 33 episodios para despertar al pueblo dormido, y para que todo el mundo conozca a España, en todas sus manifestaciones y de que entremos en un nuevo período de regeneración[27].
Entre los meses de octubre a diciembre ofreció varias disertaciones en la capital alicantina. El 6 de octubre formuló una ponencia en el centro de escritores y artistas, cuya temática versaba sobre las bondades  del clima de Alicante y el fomento del turismo. Incidía en la necesidad de crear un espacio para exposiciones en París, donde se mostrasen las bellezas de la provincia, y que éstas pudieran ser editadas mediante la publicación de una revista[28]. El 11 de octubre ofreció una segunda conferencia difundiendo una exposición gráfica que iba a instalarse en París, divulgando las linduras y maravillas que atesoraban las provincias españolas, en pro del fomento del turismo en nuestro país[29]. A mediados de diciembre brindaba un discurso en el salón de la Juventud Republicana de Alicante sobre el turismo en España. En mayo de 1921  Cervera se encontraba en León ofreciendo una conferencia de similar temática[30].
            La Gaceta de Madrid de 28 de julio de 1924, emitió un real decreto desestimando la petición de ayuda económica cursada por Domingo Cervera destinada a instalar una empresa que fabricara relojes de doble esfera para medir el tiempo, una esfera con el horario normal y otra con el Horario Decimal. La propuesta había sido remitida al Consejo de Instrucción Pública del Estado, cuyo dictamen desaconsejaba el apoyo económico, ya que suponía un cambio en el régimen horario nacional, considerando que la renovación debía ser acordada en las conferencias internacionales que regían estas materias[31]. Otro decreto publicado en la Gaceta el 6 de agosto de 1924, denegaba la subvención de 10.000 pesetas que había solicitado Cervera a la Dirección General de Primera Enseñanza para rodar media docena de episodios sobre El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, argumentando que el Ministerio de Instrucción no contaba con recursos para filmar películas[32].
            El inventor aspense residía en Alicante a comienzos de 1926. Emprendió una nueva ocurrencia dirigiendo una instancia al ministro de Estado, para que a su vez, el alto funcionario la remitiera a la Sociedad de las Naciones. La propuesta pretendía cambiar la designación de los meses del año, nominándolos con los nombres de destacados personajes del mundo científico y de la cultura hispana y universal. Los nombres propuestos eran: Enero x Isabel I; Febrero x Colón; Marzo x Cervantes: Abril x Velázquez; Mayo x Peral; Junio x Cajal; Julio x Pasteur; Agosto x Galileo; Septiembre x Bacon; Octubre x Edisson; Noviembre x Guttemberg; Diciembre x Nobel[33].
            Las propuestas regeneracionistas y morales que propugnaba Domingo Cervera fueron publicadas en algunos folletos, incluido un guion cinematográfico que redactó basado en el Quijote, con la evidente intencionalidad de mejorar el bienestar de la sociedad española. La Biblioteca Nacional de España conserva algunas publicaciones editadas por Cervera:
.- El nuevo Quijote y el sanatorio nacional para la salud de España: (guion presentado en película hablada, 1920)             
.- La resurrección de Cervantes. El Príncipe de los Ingenios (guion cinematográfico, 1923)             
.- El nuevo sistema de dinero: Para producir la salvación de España y del mundo (1927).      
.- El nuevo Quijote: o El hombre especial: obra regeneradora e instructiva (1927)
.- Manifiesto: A los españoles de alma noble y al Sr. Primo de Rivera en particular. Para evitar la ruina que amenaza a España y labrar su riqueza y bienestar (1927).

Domingo interpuso pleito judicial ante la Audiencia Territorial de Madrid por defraudación de la propiedad intelectual, considerando que sus ideas habían sido plagiadas en una película titulada El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, proyectadas en los cines Príncipe Alfonso y Real Cinema de Madrid. El 28 de mayo de 1928 la Audiencia  Territorial dictó el sobreseimiento provisional de la causa[34].    
            En los últimos años de su vida Domingo Cervera contrajo una enfermedad mental y falleció en Aspe el 16 de febrero de 1939 a los 69 años[35]. Había enviudado y no le fue posible testar. Su domicilio se encontraba en la calle Nueva del Carmen, faltaba algo más de un mes para que concluyera  la guerra civil.

Las empresas eléctricas de la familia Cervera.

Publicidad de Domingo Cervera Alonso.
Revista Blanco y Negro 22/06/1905
Las innovaciones tecnológicas ideadas por Domingo Cervera Cañizares fueron el detonante para que sus hijos y otros emprendedores crearan varias empresas en Aspe dedicadas a la fabricación de aparatos eléctricos. En torno al año 1914, los hijos de Domingo Cervera retornaron de Paris domiciliándose en Aspe. Constituyeron una sociedad en comandita dedicada a la fabricación de aparatos eléctricos, denominada  «Electro Cervera». La mercantil estaba en funcionamiento a comienzos de 1915, según atestigua un documento notarial para el cobro de una letra de cambio[36].
El ánimo de establecer negocios propios y las disensiones surgidas, provocó que los hermanos Cervera decidieran independizarse y fundar sus propias empresas. Nos consta que en el año 1921 Domingo Cervera Alonso publicitaba su industria eléctrica en el periódico ABC. En el mismo sentido, Daniel Cervera difundía sus aparatos eléctricos en 1926, y Julio Cervera tenía en marcha su instalación fabril en 1930.
 Domingo, Daniel y Julio Cervera Alonso habían introducido innovaciones propias en los electro-limitadores de corriente,  que vendían en el mercado nacional junto a otros dispositivos eléctricos.  Conocemos con mayor detalle los aparatos eléctricos fabricados por Domingo Cervera Alonso. En 1935 su industria manufacturaba aparatos elevadores-reductores, luces de mariposa para iluminar las estancias, cargadores para baterías de coches, transformadores, limita-corrientes, reguladores de intensidad de la luz.
            Las sociedades eléctricas de Domingo, Daniel y Julio Cervera estuvieron operando durante varias décadas en Aspe, pero finalmente cesaron en su actividad industrial, los incesantes avances tecnológicos requerían una renovación constante que probablemente no pudieron acometer.

                                                                          Francisco Javier Cervera Botella
                                                                              Gonzalo Martínez Español

NOTAS


[1] GARCÍA GANDÍA, J.R., 1998: «Estudio arqueológico de la fábrica de la luz del molino de la caraseta». La Serranica 43, pp. 86-88. Ayuntamiento. Aspe.
[2] Archivo Virtual de Prensa Histórica (AVPH). El Nuevo Alicantino, 17 de julio de 1896.
[3] Archivo Basílica Ntra. Sra. del Socorro de Aspe. Libro de Bautismos nº 27 1866-72. Partida de Bautismo de Domingo Cervera Cañizares.
[4] AVPH. La correspondencia de España, 5 de diciembre de 1893. El nuevo Régimen, 9 de diciembre de 1893.
[5] Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional (HDBN). Alrededor del Mundo, 28 de diciembre de 1899.
[6] HDBN. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 25 de septiembre de 1900.
[7] Ídem. Heraldo de Madrid, 25 de Mayo de 1901. La Época, 27 de mayo de 1901.
[8] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 25 de abril de 1901.
[9] Ídem. Heraldo de Madrid, 25 de Mayo de 1901. La Época, 27 de mayo de 1901.
[10] HDBN. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 10 de junio de 1901.
[11] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 10 de diciembre de 1901.
[12] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 10 de septiembre de 1901.
[13] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 25 de enero de 1902.
[14] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 25 de abril de 1902.
[15] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 10 de mayo de 1902.
[16] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 10 de junio de 1902.
[17] Ídem. Revista Ilustrada de Banca, Ferrocarriles, Industria y Seguros, 25 de junio de 1902.
[18] Ídem. Anuario de la electricidad de 1903, pp. 269-270.
[19] Ídem. Anuario de Ferrocarriles Españoles 1903, p. 58.
[20] Ídem. Diario oficial de Avisos de Madrid, 24 de junio de 1904.
[21] Ídem. La Energía eléctrica nº 12, 25 de junio de 1905.
[22] United States Patent Office. Domingo Cervera Cañizares, of Paris, France. Automatic Cut-Off for Electric Currents. 19 de mayo de 1908.
[23] HDBN. Industrias e Invenciones nº 26, 26 de diciembre de 1914, p. 6. Industrias e Invenciones nº 12, 20 de marzo de 1915, p. 12.
[24] AVPH, El Noroeste, 6 de octubre de 1916.
[25] Ídem, La Correspondencia de España, 17 de mayo de 1917.
[26] HDBN, La Energía Eléctrica, 25 de octubre de 1917.
[27] AVPH, El Pueblo, 12 de mayo de 1919.
[28] Ídem, El Luchador, 6 de octubre de 1919. Diario de Alicante, 7 de octubre de 1919.
[29] Ídem, Diario de Alicante, 9 de octubre de 1919.
[30] Ídem, El Día de Palencia, 13 de mayo de 1923.
[31] Gaceta de Madrid nº 210, 28 de julio de 1924, p. 546.
[32] Gaceta de Madrid nº 226, 13 de agosto de 1924, p. 849
[33] AVPH, El Luchador, 13 de enero de 1926. Diario de Alicante, 13 de enero de 1926.
[34] Archivo Histórico Nacional. Audiencia Territorial de Madrid, Legajo 35 expediente 14.
[35] Registro Civil de Aspe. Libro de Defunciones nº 37, 26/04/1938 a 29/07/1940, fol. 82.
[36] Archivo Municipal de Novelda. Protocolo de Manuel Pastor Ortega 1915. Escritura de Protesto de Ramón Calpena Cañizares, Aspe, 1 de febrero de 1915.

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