domingo, 17 de mayo de 2020


  BONDAD   Y ELOCUENCIA RELIGIOSA: 
EL CANÓNIGO GENARO CANDELA ALENDA       
              
                                     Publicado en la revista del Monte nº 13, 2013

          El callejero de Aspe contiene los nombres de varios hijos de la villa de los que poco o nada conocemos, habiendo merecido tiempo atrás la estima y consideración de nuestros predecesores, al dedicarles una calle a su memoria.  Este trabajo pretende divulgar la figura de Genaro Candela Alenda, afamado clérigo por su bondad y brillante oratoria, cuyo nombre designa a una popular calle de Aspe, conocida popularmente como Calle del Cura o antaño designada Calle Empedrá.
            Nació don Genaro Candela Alenda el 22 de abril de 1845 en la calle Concepción de Aspe. Sus progenitores fueron José Candela Sánchez, dedicado a las tareas agrícolas y María Vicenta Alenda y Mira Percebal[1]. Fue sobrino de Genaro Alenda y  Mira Percebal, destacado funcionario de la Biblioteca Nacional, que llegó a alcanzar la dirección interina de la institución entre marzo de 1883 y octubre de 1884. Desconocemos donde cursó sus estudios sacerdotales, pero con toda probabilidad sería en el Seminario Diocesano de San Miguel de Orihuela. Concluida su formación religiosa, recaló con prontitud en la parroquia de Aspe. En 1875 ocupaba una plaza de presbítero en la iglesia de Nuestra Señora del Socorro, siendo miembro de la agrupación “Juventud Católica de Aspe[2]”. El sacerdote dedicaba parte de su actividad a la docencia, ya que en 1880 figuraba como director de un colegio de segunda enseñanza en Aspe,  denominado San Luís Gonzaga, recibiendo felicitaciones por parte de la comisión examinadora del instituto de Alicante, merced al excelente resultado en los exámenes que habían obtenido los alumnos de su colegio[3].
           
Genaro Candela Alenda
Unos años después ostentaba el cargo de vicario parroquial en Aspe. Su admirable oratoria fue extendiéndose por la comarca, siendo requerido en multitud de templos e iglesias para escuchar sus consumados sermones. A su brillante retórica, el padre Candela  unió grandes cualidades humanas, impregnadas de un profundo y sincero sentimiento cristiano de amor y ayuda a sus semejantes. El 26 de julio de 1883, don Genaro concurrió a la villa de Elda para pronunciar una impecable alocución en las fiestas en honor a Santa Ana, recibiendo numerosos parabienes[4]. Al mes siguiente, en la celebración de  los festejos a la  Virgen de la Asunción por los vecinos de la calle Concepción de Aspe, don Genaro pronunciaría un expresivo discurso en la misa mayor sobre la muerte y tránsito de la Virgen[5]. A ruegos de un nutrido grupo de amigos eldenses, fue invitado a participar como orador en las fiestas dedicadas a San Francisco. Con su locuaz y persuasiva oratoria, Genaro Candela ofreció una solemne prédica en el Hospital de Elda, dirigida a ensalzar la figura de San Francisco de Asís. La alocución recibió amplios elogios: “… Su discurso profundísimo en el fondo y elegantísimo en la forma, es sin disputa uno de los mejores que en la cátedra del Espíritu Santo se han oído (…) La Concurrencia que era numerosa escuchó conmovida la elocuente palabra del joven sacerdote, que por sus muchas virtudes y talento se ha colocado a una envidiable altura…[6]. La fama de reputado orador se propagaba por los pueblos circunvecinos, el 8 de diciembre de 1883 participó en los actos  dedicados a la Inmaculada Concepción celebrados en Petrel, donde realizó un encomiable discurso en honor a la Inmaculada[7].
En las fiestas patronales a la Virgen de las Nieves celebradas en 1884, el padre Candela inicia una prolongada etapa  de preeminente orador encargado de pronunciar las alocuciones de bienvenida a la Serranica[8]. A principios de julio de 1885 se desató en Aspe una calamitosa epidemia de cólera morbo. Manuel Cremades[9] narraba que los vecinos de Aspe, afligidos por la enfermedad y las defunciones, solicitaron al Ayuntamiento la traslación de la Virgen de las Nieves en rogativa a Aspe. El Consistorio asignó el día 24 de julio para el traslado, pero el 21 de julio, un grupo de exaltados e impacientes fieles marcharon a Hondón para traerse a la Virgen sin contar con las autoridades, impidiéndoselo los vecinos de Hondón. Se crisparon los ánimos, los de Aspe volvieron al pueblo para tomar las armas y encaminarse a Hondón, en el Collado les esperaban los vecinos de Hondón pertrechados con sus armas, entablándose una fuerte discusión. La rápida y decisiva intervención de don Genaro Candela fue providencial, marchó al Collado, y con sus esclarecidas palabras logró apaciguar los intempestivos ánimos de los bandos, evitando una jornada luctuosa para ambos pueblos. El 2 de agosto se realizó una solemne misa y procesión de rogativas, nombrando el Ayuntamiento a don Genaro para disertar en las plegarias. La meritoria labor desempeñada por médicos, sacerdotes y otras personas en el desarrollo de la epidemia de cólera, hizo que se abrieran diligencias para instruir un expediente de méritos a favor de los médicos Pablo Gil Lozano y José Botella Erades, del coadjutor Genaro Candela,  y de Juan de Dios Mira, León Bravo del Castillo y Antonio Penalva[10].
Don Genaro era requerido en multitud de eventos religiosos. Los festejos celebrados en Petrer entre el 13 y el 15 de mayo de 1887 en honor a San Bonifacio contaron con la participación del padre Candela:”Misa solemne en la Parroquia el sábado, predicando el sabio orador don Genaro Candela de Aspe, quien hizo el panegírico del santo mártir con la galadura que él sabe hacerlo[11]”. En las fiestas patronales de 1888, el Ayuntamiento de Aspe vuelve a designar al padre Candela para enaltecer con su depurada elocución el sermón de bienvenida y panegírico a las Virgen de las Nieves en la misa mayor del 5 de agosto[12], percibiendo una gratificación  a cuenta del Consistorio[13].
Con motivo de un artículo publicado en la revista alicantina La Revelación, profiriendo descalificaciones a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, la comunidad católica se movilizó para realizar un multitudinario festejo el 29 de diciembre de 1889 en desagravio a las ofensas vertidas. La jornada se desarrolló en la catedral alicantina de San Nicolás, con múltiples actos religiosos que incluyeron la disertación de emotivos sermones por parte de Luis Calpena y  Genaro Candela[14]. A comienzos de marzo de 1890, las fiestas de Muchamiel, dedicadas a la Virgen de Loreto, contaron con la participación de distinguidos oradores, entre los que se incluía Genaro Candela[15].
Antigua Imagen de la Virgen de las Nieves
El padre Candela fue un activo partícipe en las celebraciones de la Semana Santa aspense. Durante los oficios y procesiones solemnizados en la Cuaresma de 1890, don Genaro compartió púlpito con el clérigo Arturo Martínez en la predicación del Sermón de las Siete Palabras, seguidos por una numerosa concurrencia de fieles[16]. De nuevo, sería nuestro eminente sacerdote el encargado de disertar el sermón de bienvenida a Ntra. Sra. de las Nieves en las fiestas de 1890: “La elocuente palabra del distinguido orador sagrado D. Genaro Candela hizo enmudecer los vítores. Si digo que el señor Candela es hijo de Aspe. Queda dicho el entusiasmo con que daría la bienvenida a su madre la Virgen de las Nieves…[17]. El periódico El Alicantino se congratulaba por la gran concurrencia de fieles que había asistido a la parroquia de Nuestra Señora del Socorro durante las predicaciones de la Cuaresma de 1892. El misionero José Navarro se alternaba en las disertaciones con el padre Genaro durante el Septenario de la Dolorosa[18]. En diciembre, el presbítero participó en una velada literaria-musical celebrada en el colegio de la Inmaculada Concepción de Novelda[19].
            La parroquia de Aspe realizó una novena dedicada a Santa Teresa de Jesús en octubre de 1893, promovida por la asociación Hijas de María y Teresa de Jesús. El altar dedicado a la Santa estuvo profusamente iluminado y adornado por los jóvenes que componían la archicofradía. El solemne sermón en la onomástica de Santa Teresa corrió a cargo del nuestro ilustrado sacerdote[20]. Nuevamente, don Genaro ocupó la cátedra apostólica para exhortar el discurso de recepción a la Virgen de las Nieves y el solemne sermón  en la onomástica de la patrona, durante las celebraciones patronales del año 1894[21]: “… se puede llamar con justicia notable, así por los hermosos conceptos que vertió este señor en su discurso, como por la habilidad con que supo interesar al escogido y numeroso auditorio en el asunto que versó…[22]
            El afamado sacerdote fue un habitual colaborador en las veladas literato-musicales que organizaba del Círculo Obrero Católico de Alicante en pro de la formación de la clase trabajadora. En febrero de 1895, el padre Candela fue reconocido con una encomiable distinción, siendo designado Predicador de Su Majestad[23]. La reputación de excelente orador se extendió más allá de tierras valencianas, siendo invitado a pronunciar  sus homilías en Madrid. En el mes de junio de 1895, la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga –situada en el Barrio matritense de Salamanca-,  realizó un novenario en honor al Sagrado Corazón de Jesús. La nota de prensa que publicitaba los actos religiosos reseñaba: “Por las mañanas predicarán diferentes oradores, y todas las tardes ocupará la cátedra sagrada don Genaro Candela, predicador de S. M., orador elocuente desconocido en esta capital, que goza de gran fama en el Reino de Valencia[24]. Las disertaciones efectuadas por don Genaro en el transcurso de la novena, encandilaron a la numerosa concurrencia de fieles. Un rotativo manifestaba: “a escuchar y admirar los notables discursos que pronuncia el distinguido orador sagrado D. Genaro Candela, predicador de S. M., que por primera vez ha predicado en esta Corte, justificando la fama de orador que tiene en todo el reino de Valencia[25]”. El columnista lamentaba las reducidas dimensiones del templo madrileño, ya que una parroquia más espaciosa hubiera podido albergar una audiencia mayor.
           
Iglesia de Santa Justa y Santa Rufina de Orihuela
Don Genaro fue un incondicional partícipe en las fiestas populares de Aspe. Era habitual verle arremangarse la sotana para correr delante de la vaca que se soltaba por las calles de Aspe, siendo un asiduo participante en este festejo. Fiel devoto a la Virgen de las Nieves, en alguna ocasión pronunció el sermón de despedida a la Patrona, tal como aconteció en las fiestas patronales de 1896[26].
La prensa alicantina recoge su nombramiento como cura ecónomo de la iglesia de San Vicente en mayo de 1897[27]. Fugaz sería su estancia en San Vicente, ya que fue designado cura párroco interino para la iglesia de Santa Justa y Santa Rufina de Orihuela a mediados de diciembre del mismo año[28], y tomó cargo del curato durante los primeros días de enero de 1898[29]. Su reputación se había extendido por tierras murcianas. A primeros de junio de 1900 regresó de Cartagena, tras predicar diez sermones en la iglesia de Santo Domingo,  glorificando a Santa Rita de Casia, añadiendo nuevos éxitos a su fecunda oratoria en la cátedra sagrada[30].
Una real orden de 11 de abril de 1901 le concedía la plaza en propiedad de la iglesia de Santa Justa, la noticia fue acogida en Orihuela con gozo: “Ha sido muy bien recibido en toda esta población el nombramiento en propiedad del virtuoso sacerdote y elocuente orador sagrado D. Genaro Candela, para el curato de Santa Justa, que hasta aquí venía desempeñando como regente. Muchos fieles piensan obsequiar a tan respetable sacerdote con una brillante serenata musical el día de su toma de posesión, que tendrá lugar para últimos del mes actual[31]”. El 26 de mayo se llevaron a cabo los solemnes actos de toma de posesión del curato de Santa Justa y Santa Rufina por el padre Candela[32].
            Don Genaro alternaba su residencia en Orihuela con numerosa visitas a Aspe. El acreditado orador fue partícipe el 8 de septiembre de 1906 en los solemnes actos de inauguración de una capilla emplazada en una finca de la Nía, propiedad del médico Francisco Hernández Almodóvar pronunciando un sugestivo sermón. Unos días más tarde, se realizó una multitudinaria fiesta en Orihuela conmemorando el centenario de la Virgen de Monserrate. Nuestro esclarecido orador sería el oficiante de una misa de campaña solemnizada en la avenida de la Estación, y ante una audiencia de más de 10.000 personas, disertó una emotiva plática que arrancó apasionadas aclamaciones a la patrona de la villa y a Orihuela[33].
            Genaro Candela sería reconocido con una nueva distinción religiosa. Un real decreto del Ministerio de Gracia y Justicia publicado en la Gaceta Real de 20 de enero de 1908, le nombrada canónigo de la catedral de Orihuela. Venía a ocupar  la canonjía vacante por defunción de Antonio Vidal[34]. La designación tuvo una acogida muy favorable en la ciudad de Orihuela, tal como verifica la prensa: “El nombramiento para canónigo de esta catedral, hecho en el ejemplar y virtuoso sacerdote don Genaro Candela Alenda, párroco que fue de la iglesia de Santa Justa, ha producido en la ciudad excelente efecto. Todo, absolutamente todo el vecindario aplaude sin reserva el acto de justicia realizado por el ministro. El agraciado con tan importante cargo es persona de vastísima ilustración, afable en su trato y de humildad ejemplar. Durante muchos años viene desempeñando humildes cargos en las parroquias más pobres, conquistándose el aprecio y estimación en cuantos pueblos desempeñó las sagradas funciones de su ministerio. Pocos nombramientos han producido en la opinión pública tan entusiasta acogida como el presente[35]. Tomó posesión de su canonjía el 5 de febrero de 1908 ante una distinguida concurrencia[36]. Unos meses más tarde, durante los festejos bienales dedicados a la patrona de Aspe, sería otra vez el orador elegido para pronunciar el sermón a las glorias de la Virgen de las Nieves en la misa solemne del día 5 de agosto[37].  El 2 de septiembre, la junta directiva de obreros católicos de Aspe celebró una gala literaria-musical en el recinto del teatro viejo de Aspe, destinada a conmemorar el primer centenario de la independencia española y el jubileo del papa Pio X. Tomaron parte activa en el homenaje distinguidos personalidades de la sociedad aspense: Genaro Candela, Vicente Calatayud Bonmatí, Pedro Galipienso, Francisco Calatayud, el párroco Manuel Hernández, el sacerdote Antonio Soria, etc., a lo largo de una dilatada velada que se prolongó durante 4 horas[38].
           
Catedral del Salvador de Orihuela
El padre Candela frecuentaba Aspe, siempre que sus obligaciones canónigas se lo permitían. El 27 de noviembre de 1910, don Genaro dispensó la bendición a la flamante instalación fabril “La Nueva Eléctrica”, empresa dedicada a la producción de energía eléctrica, inaugurada bajo la dirección de Ángel Boronat, y que pretendía suplir las deficiencias de alumbrado que estaba padeciendo la población[39]. No faltaba a su cita en las festividades patronales, por enésima vez don Genaro tuvo el encargo de glorificar a la Patrona de la villa en las fiestas bienales de 1912, realizando la solemne homilía a Ntra. Sra. de las Nieves en la misa del 5 de agosto, complementada con una plegaria cantada a la Virgen por el barítono Luis Almodóvar[40].
Desde su condición republicana y laica, el aspense Ginés Alberola, -antiguo secretario de Emilio Castelar- redactó un artículo loando las virtudes de don Genaro Candela, al que señalaba como sacerdote ejemplar, expresando: “Por su carácter jovial, por su parla amena, por lo llano y democrático de sus costumbres, por sus virtudes cívicas y privadas, por lo franco y noble de su trato, hasta por la gallardía y prestancia de su figura y la brillantez y profundidad de su mirada que revelan fortaleza e inteligencia nada vulgares, D. Genaro Candela resulta uno de los sacerdotes más atrayentes y simpáticos que ha nacido de madre, desde que el mundo es mundo.
            Profundamente penetrado de su altísimo ministerio a que se consagrara por inclinación natural y no por egoísmo, cual muchos de su clase, nuestro distinguido amigo, fiel imitador de Aquel que iba descalzo y harapiento por los desiertos de Palestina, odia las riquezas y el lujo (…), en su exhausto y escuálido bolsillo no guarda ni siquiera las monedas de cobre necesarias para hacer cantar a un ciego.
La práctica de todas las virtudes cristianas le son tan peculiares a este sacerdote ejemplar, que las considera como cosa corriente y sin ningún valor. Consagra las primeras horas del día a socorrer al pobre, a consolar al triste, a visitar al enfermo, a sostener a los vivos, a rezar por los muertos, y luego de haber derramado con santa unción evangélica tanto bien entre sus semejantes, torna a su casa mohíno y cabizbajo, y hasta disgustado de sí mismo, porque su penuria irremediable no ha podido, con generoso desprendimiento cual fuera su anhelo, acudir a todos los desgraciados (…)[41].
Don Genaro llegaría a desempeñar el grado de Canónigo Magistral en el cabildo catedralicio oriolano, siendo el sacerdote encargado de pronunciar los solemnes discursos en las liturgias oficiadas en la catedral. Entre los parientes de don Genaro, se encontraban María Cremades Candela y su hija María Botella Cremades, las grandes impulsoras de la construcción del Asilo de Caridad. El padre Candela fue el sacerdote que dispensó las aguas bautismales  a María Botella en 1876, y el oficiante de la misa de corpore insepulto a la infortunada María en 1913[42]. El 15 de agosto de 1916 se inauguraron las instalaciones del Asilo con toda solemnidad. Don Genaro sería el sacerdote encomendado para celebrar la misa inaugural en la capilla del Asilo[43].
En conversaciones con Antonio y Carlos Sánchez Prieto, parientes de don Genaro por línea materna, - ya que su abuelo Pedro Prieto Candela era sobrino del sacerdote, al igual que sus hermanos Francisca, María y Antonio Prieto Candela, éste último, padre del insigne actor Antonio Prieto Puerto - , me han relatado la estrecha amistad que unió a don Genaro con don José María Alcaraz Alenda. En una trascendente elección que concernía al sacerdote don José María Alcaraz, fue participe don Genaro. Dado su cargo de canónigo catedralicio debía presentarse en el Obispado de Orihuela para concurrir en la votación que diera paso al nombramiento de un nuevo canónigo para una plaza vacante; la elección estaba muy comprometida puesto que los nominados a la canonjía disponían de títulos y doctorados similares  a los que poseía su paisano José María Alcaraz. Don Genaro se encontraba en cama y con fiebre, motivado por una gripe. Conociendo que con esa justificada ausencia perjudicaba irremediablemente el nombramiento de canónigo a favor de su paisano, en contra de los consejos de su médico y familia, hizo acto de presencia en ese pequeño cónclave y con su voto inclinó a favor del padre Alcaraz Alenda ese merecido nombramiento.  En 1916 don José María obtendría la canonjía de Penitenciario de la diócesis, tras una brillante oposición. Años después, don José María Alcaraz sería consagrado obispo en Orihuela  el 13 de marzo de 1930, en un solemne acto presidido por el Nuncio papal monseñor Tedeschini. Las trayectorias religiosas de don Genaro Candela y don José María Alcaraz fueron ejemplares, coincidiendo en su entrega al servicio de la Iglesia, y sobre todo, en la ayuda prestada a los más necesitados durante las épocas de penuria que les tocó vivir. 
El virtuoso sacerdote  falleció el día 27 de enero de 1924 en Aspe a los 78 años de  edad. La Corporación municipal reunida el 31 de enero de 1924, dedicó un   afectuoso recuerdo a la memoria de don Genaro: “hijo piadoso de esta villa de Aspe, que siempre se distinguió por su amor a sus semejantes, y que por sus estudio y merito debidos a su laboriosidad, había alcanzado el puesto que ocupaba, distinguiéndose por su altruismo en bien de los necesitados, que siempre encontraron en él un padre amoroso, socorriéndole con prodigalidad, cualidades éstas que hacen perdurable su recuerdo…”. Por iniciativa del concejal Francisco Calatayud Gil, el pleno acordó reemplazar el nombre de la calle Méndez Álvaro –antigua calle Empedrada–  por la designación de canónigo Genaro Candela Alenda[44].
            Mi agradecimiento a los hermanos Antonio y Carlos Sánchez Prieto por la información y  fotografía facilitada de don Genaro para complementar este artículo.

                                                                  Gonzalo Martínez Español


 NOTAS.



[1] Archivo Municipal de Aspe. Registro civil de nacimientos 1845-48, anotación nº 114.
[2] El Constitucional, 24 de julio de 1875.
[3] El Graduador, 4 de julio de 1880.
[4] El Eco de la provincia, 1 de agosto de 1883.
[5] La Unión Democrática, 27 de septiembre de 1883
[6] El Eco de la provincia, 9 de octubre de 1883.
[7] El Semanario Católico nº 682, 29 de diciembre de 1883.
[8] El Semanario Católico nº 715, 16 de agosto de 1884.
[9] CREMADES CREMADES, Manuel (1966): Aspe, Novelda y Monforte, p. 184.
[10] El Constitucional, 19 de marzo de 1886; El Graduador, 12 de marzo de 1886. El Serpis, 20 de marzo de 1886
[11] El Constitucional, 18 de mayo de 1887.
[12] El Alicantino, 2 y 12 de agosto de 1888.
[13] Actas del Pleno Municipal 1888,  fol. 66r. Sig. 1-50-3
[14] El Alicantino, 16 de enero de 1890.
[15] El Alicantino, 23 de febrero de 1890.
[16] El Alicantino, 9 de abril de 1890.
[17] El Alicantino, 10 de agosto de 1890.
[18] El Alicantino, 6 de abril de 1892.
[19] El Alicantino, 29 de diciembre de 1892.
[20] El Alicantino, 24 de octubre de 1893.
[21] El Alicantino, 3 de agosto de 1894.
[22] El Alicantino, 10 de agosto de 1894.
[23] El Alicantino, 20 de febrero de 1895.
[24] La Correspondencia de España, 20 de junio de 1895.
[25] La Correspondencia de España, 29 de junio de 1895.
[26] El nuevo Alicantino, 23 de agosto de 1896.
[27] El Graduador, 29 de mayo de 1897; El Nuevo Alicantino 27 de mayo de 1897. La Correspondencia Alicantina, 27 de mayo de 1897. Correspondencia de Alicante, 27 de mayo de 1897.
[28] El Graduador, 14 de diciembre de 1897.
[29] La Correspondencia Alicantina, 14 de enero de 1898. El Graduador, 15 de enero de 1898.
[30] El Diario de Murcia, 3 de junio de 1900.
[31] La Correspondencia de Alicante, 11 de mayo de 1901.
[32] El Graduador, 26 de abril de 1901. La Correspondencia de Alicante, 18 y 31 de mayo de 1901.
[33] La Voz de Alicante, 14 y 20 de septiembre de 1906.
[34] El Lábaro, 20 de enero de 1908. Heraldo Alavés, 20 de enero de 1908. Diario de Comercio, 22 de enero de 1908. El defensor de Córdoba, 22 de enero de 1908. Heraldo de Tarragona, 22 de enero de 1908. La Correspondencia de España, 21 de enero de 1908.
[35] La Correspondencia de España, 22 de enero de 1908.
[36] La Voz de Alicante, 5 de febrero de 1908.
[37] El Alicantino, 30 de julio de 1908.
[38] La Voz de Alicante, 14 de septiembre de 1908.
[39] El pueblo de Alicante, 28 de noviembre de 1910.
[40] Revista Iris, 30 de julio de 1912, p. 323.
[41] El País, 5 de agosto de 1912. “Rara Avis, el padre Candela”.
[42] AZNAR PAVÍA, Carlos (2004): “María Botella Cremades presente en el IV centenario de la constitución de la parroquia de Nuestra Señora del Socorro”. En Estudios sobre la parroquia de Nuestra Señora del Socorro en el IV Centenario de su fundación. Aspe, Ayuntamiento.
[43] Hoja Impresa “La Inauguración del Asilo”. Imprenta de Leocricio Alcaraz, 1916. Aspe.
[44] Archivo Municipal de Aspe, Libro de Actas 1924-25, Pleno de 31 de enero de 1924, fol. 8.

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