ORFEONES ASPENSES EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX
Publicado en revista conmemorativa
xxv aniversario del orfeón aspense Virgen de las Nieves 1992-2017. 2017
La música es una
de las experiencias artísticas que más ennoblecen el espíritu humano. Poseemos
la capacidad de percibir la belleza y la sensibilidad de las composiciones
musicales que actúan en nosotros enalteciendo nuestros sentimientos. Dentro de
las manifestaciones musicales, la voz es un instrumento ancestral que ha
permitido agrupar a personas con afinidades estéticas comunes. Una práctica
habitual de nuestros antecesores ha sido entornar melodías mientras llevaban a
cabo las tareas domésticas o profesionales, circunstancia que les permitía imprimir
un aire distendido y alegre en sus vidas.
El interés de los
aspenses por fundar agrupaciones de armonización de voces tiene un amplio
recorrido histórico. Nuestros vecinos han constituido coros y orfeones que han
participado en ceremonias religiosas, cantos devocionales a la Virgen de las
Nieves, o han interpretado obras y piezas de zarzuela u ópera.
![]() |
Rondalla y Orfeón Aspense del
V Centenario de la
Virgen de las Nieves, 1918
Si nos
remontamos a las décadas finales del siglo XIX y primeras del siglo XX, los
orfeones tuvieron un amplio desarrollo entre la clase obrera, facilitando una
vía de escape a las duras condiciones de trabajo, al tiempo que estas
asociaciones actuaban como cauces de aprendizaje cultural para los trabajadores.
Muchas personas que carecían de formación musical pudieron potenciar las posibilidades
expresivas de su voz aplicando una adecuada técnica vocal. Simultáneamente, las
sociedades corales fomentaron el movimiento asociativo, desarrollando entre sus
miembros el sentimiento de pertenencia a un colectivo que compartía similares
propósitos artísticos.
A comienzos del
siglo XX Aspe se desenvolvía en un marco social y económico deprimido. Imperaba
la escasez de trabajo y muchos aspenses acometieron el camino de la emigración
tratando de solventar su modo de vida, mermando la población en las tres primeras
décadas de la centuria. Felipe Mejías ha recopilado las distintas formaciones
musicales que fructificaron durante los primeros años del siglo XX. Fue una
etapa de gran pujanza musical en la que surgieron orfeones, rondallas, solistas
de alto nivel, coros parroquiales, la banda de música Arte Musical. El auge de
estas manifestaciones musicales estuvo favorecido por el escaso desarrollo de
las formas de ocio colectivo, el cine comenzaba a despegar, la televisión todavía
era inexistente, el viaje de ocio estaba restringido a una escasa minoría[1].
En este contexto
de vitalidad musical surgen las primeras agrupaciones corales en Aspe. En el
año 1889 se constituyó un orfeón en vísperas de la celebración de Santa
Cecilia, que preparaba sus primicias musicales para interpretarlas en la
onomástica de la Santa[2].
Esta agrupación coral tendría un repertorio estrechamente relacionado con las
festividades religiosas de la localidad pero nada más conocemos de este coro. Unos
años después, la prensa se hacía eco de la fundación de un nuevo orfeón en 1910,
a iniciativa del sector republicano de Aspe: « Los socios del Círculo Republicano de Aspe, están fomentando un
orfeón. Es de esperar, por el grande amor que al arte musical profesan los
aspenses, que en su día, será un orfeón de primer orden [3]».
![]() |
Carlos Carbonell y Francisco Galinsoga Gil |
El gran músico aspense
Eduardo Gilabert había regresado de Madrid para ayudar a su padre en la administración
de la Junta de Aguas. En 1897 era director de la banda de música de Aspe con
carácter interino, dirección que asumió hasta 1940. Entre los músicos que formó
bajo su tutela, probablemente el más aventajado fue Francisco Galinsoga Gil,
apodado El Músico, que asumiría las
labores de subdirección de la banda en ausencia de su maestro. Eduardo Gilabert
era el organista de la iglesia Ntra. Sra. del Socorro y encargó a su discípulo
la dirección del coro parroquial. Otra de las tareas asumidas por Francisco
Galinsoga, fue la dirección del himno de salutación a la Virgen de las Nieves
que se canta el 3 de agosto de los años pares en la Plaza Mayor, el popular Miradla. En los primeros años era
interpretado por un coro de niños, Francisco Galinsoga realizó arreglos musicales en la partitura que
han perdurado hasta nuestros días. Asimismo, fue requerido para dirigir el Coro del Círculo
Republicano de Aspe o Coro de la Casa del
Pueblo, centrándose en la dirección de ambas agrupaciones entre 1913 y 1918.
Al frente del Coro del Círculo Republicano preparó y estrenó la interpretación
del himno La Internacional en Aspe[4].
Eduardo Gilabert
reorganizó la banda de música, al tiempo que constituyó una compañía de
zarzuela local, que realizó numerosas representaciones del género lírico en el teatro Viejo de Aspe a lo largo
de las dos primeras décadas del siglo XX, sala que se emplazaba en la calle
Virgen del Carmen. Pusieron en escena múltiples obras: la Zarina, las Hijas de Cebedeo, la Casita Blanca, El Mismo Demonio, el
Mal de Amores, el Cabo Primero, la Mazurca Roja, Sangre Mora, la Tempranica,
etc. En diciembre de 1906 funcionaban dos compañías de aficionados en la
localidad: Cuadro Artístico, que
tenía un contenido más dramático que lírico, y la Corporación Musical de Aspe, orientada al teatro lírico, donde la
labor de arreglista, y director de orquesta y coros que desarrollaba Eduardo
Gilabert fue fundamental[5].
Con la finalidad
de recaudar fondos para los actos conmemorativos del V Centenario de la
aparición de la Virgen de las Nieves, el 6 de junio de 1916 se escenificó Maruxa, dirigida por Eduardo Gilabert,
con una destacada intervención de la familia Almodóvar. Luís, afamado barítono
en plena cúspide; Francisco Javier, bajo; Francisco J. Cremades Almodóvar,
tenor, acompañados por un coro de 50 personas, que estuvo bajo la dirección de Francisco
Galinsoga[6].
Frasquito el
Músico asumió en 1917 la dirección del Orfeón Aspense y la Rondalla del V
Centenario, agrupación que estuvo integrada por más de un centenar de personas
de ambos sexos y un grupo de instrumentos de cuerda, cuya actividad se centró
en actuaciones teatrales y pasacalles por pueblos del entorno comarcal. El
repertorio se centró fundamentalmente en temas de zarzuela, la rondalla estrenó
dos jotas y una marcha con música compuesta por Galinsoga y letras de Juan
Martínez y A. David Giménez Puerto.
![]() |
Reglamento del Orfeón el Renacer, 1927.
|
La actividad del
Coro de la Casa del Pueblo está poco
clarificada y reviste una trayectoria irregular. Es muy probable que un buen
número de sus integrantes participasen en las otras masas corales de Aspe, que
asimismo dirigía el maestro Galinsoga. Existe constancia de que el orfeón disponía
de una sede social en el año 1917. Inmersos en las efemérides organizadas para
el V Centenario de la aparición de la Serranica en 1918, el Orfeón Aspense
participó entonando por primera vez la Salve
Carmelita en honor a la Virgen de las Nieves cuando efectuó su entrada en la
plaza el 5 de agosto de 1918, bajo la dirección de Francisco Galinsoga. El día 6 la agrupación coral interpretó La Misa de la Virgen en el templo
parroquial de Ntra. Sra. del Socorro.
El Orfeón Aspense
continuó ofreciendo actuaciones. Puso en escena obras a beneficio del Asilo de
Aspe: Amores y Amoríos, La Marcha de
Cádiz, así como intervino en las fiestas patronales cantando la Salve
Carmelitana y participando en ceremonias religiosas en la parroquia. Durante las
fiestas patronales de1922 el orfeón interpretó la Misa de Octavo Tono. En los años posteriores la sociedad coral
quedaría disuelta.
El Orfeón El Renacer 1926-1939
Una nueva agrupación coral
se constituyó en 1926, denominada orfeón El
Renacer, cuyos estatutos se presentaron ante el gobierno civil el 26 de
marzo de 1926[7]. El reglamento de la nueva
sociedad coral estaba constituido por V capítulos, desarrollados en 24
artículos. Referían a los derechos y obligaciones de los socios artistas, las
atribuciones de la junta directiva, las asambleas generales y varias
disposiciones adiciones. Los estatutos estipulaban los fines de la sociedad,
cuyo propósito era posibilitar los medios factibles para fomentar la cultura
entre sus integrantes y estrechar lazos de fraternidad. Se estableció una cuota
de 10 céntimos semanales, distinguiéndose entre socios artistas y socios
protectores. El reglamento no permitía discusiones políticas ni religiosas en
la sede social.
El Renacer estuvo integrado mayoritariamente por
personas de la clase obrera de Aspe bajo la dirección de Zenón Vicedo Asensi
(1889-1973), músico que aportó al orfeón un elevado nivel artístico,
permitiéndole participar en certámenes de ámbito provincial. La agrupación
coral dispuso de un variado repertorio
interpretativo que comprendía piezas musicales de temática civil, religiosa,
así como de contenido político.
![]() |
Certamen de orfeones en Cartagena, 1 de abril de 1928 |
Las convicciones sociales de la época
constreñían a la mujer en el ámbito familiar y laboral, siendo su presencia muy
escasa en las actividades sociales del municipio. Conservamos un listado sin
fecha precisa, que enumera los nombres de los socios intérpretes que
constituían el orfeón El Renacer.
Aparecen nominadas 72 personas, 67 eran varones y una reducida participación
femenina de 5 mujeres, de ellas dos hijas acompañadas por sus madres.
En unión a otras entidades políticas, culturales y
económicas del municipio, El Renacer participó
en la reunión convocada en el ayuntamiento de Aspe el 28 de junio de 1927. A
iniciativa de Tomás Alenda se había promovido una comisión para rendir homenaje
al médico Francisco Candela Pastor. La propuesta planteada era formular una
petición al gobierno solicitando la concesión de la medalla al trabajo para el médico
Candela por la laboriosidad demostrada durante su dilatada carrera profesional.
La resolución acordada fue lanzar un llamamiento al pueblo para que respaldase la
iniciativa con sus rubricas, contando con el apoyo del orfeón[8].
El afamado concurso de orfeones celebrado en Cartagena el 1
de abril de 1928 dejó una profunda huella en la memoria colectiva de Aspe. Las
agrupaciones corales se desplazaron en tren hasta Cartagena, participando el Orfeón Alicante con 96 concertistas, los
orfeones de Elche el Popular Coro Clavé
que incorporó 84 intérpretes y el Orfeón
Ilicitano con 74 orfeonistas, y El Renacer
de Aspe que contó con 61 participantes, cuyas voces se desglosaban en 16
primeros tenores, 16 segundos tenores, 15 barítonos y 14 bajos. Los orfeones
tuvieron una efusiva acogida, recibidos en la estación por una banda de música,
marcharon desfilando hasta el ayuntamiento,
efectuando una parada en la iglesia de la Caridad para ofrendar flores a la
patrona de la ciudad. Una comisión del ayuntamiento de Cartagena y algunos
representantes de las entidades artísticas brindaron la bienvenida a los orfeones en la sala consistorial.
Agasajo que fue respondido con palabras de agradecimiento por Pascual Ors,
delegado del Orfeón Alicante, representando a todas las agrupaciones corales.
![]() |
Bendición del pendón
del orfeón El Renacer.
Programa 1928
|
A las 5 de la tarde
comenzó el concurso en la Plaza de Toros. El jurado estaba constituido por 6
miembros, sorteándose el orden de intervención. Previo al certamen, los
organizadores habían seleccionado cuatro madrinas que debían apadrinar a sus
correspondientes corales. Las madrinas fueron cuatro bellas y distinguidas
señoritas, emplazadas en la tribuna, que impusieron una hermosa corbata en los
respectivos estandartes de los orfeones.
Tras el desfile de las masas corales ante la tribuna del
jurado, se inició la competición interviniendo en primer lugar el Popular Coro
Clavé de Elche, seguido del Orfeón Ilicitano, el Orfeón Alicante y el Renacer
de Aspe. La pieza musical de concurso obligatorio fue Bella Natura del maestro Ricardo Giménez, interpretada por todas
las agrupaciones, complementado con una composición de libre elección. El
Popular Coro Clavé entonó como pieza voluntaria Ecos del Turia, el Orfeón Ilicitano vocalizó La fiesta del Pueblo, el Orfeón Alicante Gran Jota Aragonesa y por último el Renacer interpretó Tonada de Ronda León. El veredicto del jurado
otorgó el primer premio dotado con 4000 pesetas y una bandera al Orfeón
Ilicitano, el segundo premio con 3000 pesetas y una batuta al Popular Clavé, el
tercer premio con 2000 pesetas y un objeto de arte al Orfeón de Alicante. Se
creó un accésit de 1500 pesetas para el Renacer de Aspe. El dictamen del jurado
fue muy controvertido para buena parte de la opinión pública. El orfeón
alicantino lo consideró injusto y no aceptó el premio, los cantantes regresaron
el día siguiente a Alicante, permaneciendo una comisión para expresar al
alcalde cartagenero, que el gesto de los alicantinos no debía entenderse como
un desaire a Cartagena y a sus hospitalarios vecinos[9].
Días más tarde continuaba el debate en la prensa sobre el
certamen de Cartagena. El diario El
Luchador reconocía la buena intervención del orfeón El Renacer, dentro de
su modestia y reducidos medios. Destacaban la actuación del Orfeón Alicante,
que había recibido la ovación más extensa del público, y a juicio del
periodista, merecedor del primer premio por haber consumado una gran
interpretación de la pieza obligatoria. El método de calificación fue una
puntuación sobre faltas cometidas, que anotaba el jurado en el transcurso de
las actuaciones. Por alguna indiscreción se supo que la puntuación fue variando
desde el lugar de celebración del certamen, hasta la definitiva redacción de
las actas en la sede del Ayuntamiento, y que dos miembros del jurado dimitieron
antes de celebrarse el concurso por las discrepancias surgidas. En la pieza de
temática libre erró el tenor solista de Alicante y el periódico reconocía que
este premio debía haberse concedido al Renacer de Aspe[10].
El sentimiento general en la población de Aspe fue que el
orfeón había merecido mejor calificación, y para algunos debía haber ganado,
pero la pertenencia a una localidad modesta, imposibilitó que obtuviera mejores
resultados. Los valentines –copleros populares – no tardaron en componer una
tonadilla que decía:
Ya viene el orfeón
muy triste y lleno de pena
viene de dar un concierto
del pueblo de Cartagena
Ay Sanduga, Sanduga que desatino
que en el mundo no hay cristiano
si no tiene padrino.
El Renacer estaba plenamente integrado en la
actividad cultural de Aspe, buena muestra es el acentuado protagonismo que tuvo
en las fiestas patronales del año 1928. El 4 de agosto de 1928 se ofició una
misa rezada en la parroquia de Ntra. Sra. del Socorro, llevándose a cabo la
ceremonia de bendición del estandarte del orfeón, apadrinado por María
Calatayud Botella y Odón González Ochoa, secretario del ayuntamiento. En el día
de la patrona, finalizada la procesión y
llegado el momento en que la imagen de la Serranica efectuó su entrada en la
Plaza Mayor, fue recibida por el orfeón que
entonó la Salve Carmelitana. En el
día 15, la agrupación coral participó en todos los actos religiosos y el 19
cantaron un Himno de Despedida a la Virgen de las Nieves[11].
El
Renacer
llevó a cabo espectáculos que combinaban la puesta en escena de comedias
teatrales con la interpretación de piezas musicales. Testimonio de ello es la
representación de la comedia Las cosas de
Gómez en el teatro Wagner el 28 de noviembre de 1928, complementada con el
canto de varias piezas corales. De igual modo el Wagner acogió el 5 de febrero
de 1931 la escenificación de las comedias El
Sueño Dorado, Salvarse en una tabla y Monotonía torera, cerrando la gala
tres composiciones musicales interpretadas por el orfeón.
![]() |
Pendón del orfeón El
Renacer, 1928
|
La hermandad y compenetración entre
distintos orfeones propiciaba las funciones compartidas entre varias sociedades
corales. El domingo 27 de enero de 1929, la asociación Coro Clavé de Elche actuó en Aspe. Los ilicitanos fueron recibidos
por los asociados de El Renacer y un abundante
público, dirigiéndose a la sede de la agrupación, situada en la calle San José,
recibiendo las atenciones de los aspenses. El espectáculo se desarrolló en el
teatro Wagner, hallándose abarrotado de público y con todas las localidades
vendidas. Los ilicitanos representaron la comedia La del Molino, que tuvo una gran acogida entre los asistentes.
Prosiguió Peral Vicente recitando una bella composición poética dedicada a la
mujer aspense, más otras hermosas poesías. El orfeón ejecutó El canto a Murcia de la zarzuela La
Parranda, que fue repetida por aclamación del público, y el Himno a Valencia. El orfeón Coro Clavé
entonó las piezas Bacarolas de la Mar,
Lamentos del Corazón y Retreta Militar. El solista del Coro Clavé, Pedro
Vives interpretó una romanza de La del
Soto del Parral, siendo muy aplaudida, resultando una admirable jornada de
fraternidad entre los dos pueblos[12].
Los componentes del Renacer visitaron Alicante en la velada
del 18 de marzo de 1930 ofreciendo serenatas en distintos lugares de la ciudad.
Concurrieron a las instalaciones del Orfeón Alicante, siendo recibidos
cordialmente por la junta directiva y sus asociados. Los aspenses agradaron
enormemente a los orfeonistas alicantinos. Entonaron un pasodoble militar con
gran afinación, un fragmento de la zarzuela La
Parranda y el Himno Regional,
melodías recibidas con entusiastas aplausos y unánimes elogios. El orfeón
desistió de dar serenatas al gobernador civil y a José Terol Romero,
propietario del teatro Wagner de Aspe, en atención al luto que guardaban. Sí
que agasajaron con una serenata al alcalde de Alicante, Florentino de Elizaizin,
transmitiendo una magnífica impresión en sus comprovincianos alicantinos, que
les brindaron calurosas felicitaciones[13].
A comienzos de septiembre de 1930,
una comisión del Orfeón Alicante perpetró una visita a Elche y Aspe. El
propósito era formular una invitación oficial a las agrupaciones corales de
estas poblaciones para que participasen en un tributo al músico Luis Torregrosa[14]. El homenaje trataba de realzar la
brillante trayectoria que el maestro Torregrosa había desarrollado dirigiendo
la banda municipal de Alicante, y al propio tiempo sirviera de lazo fraternal
entre las entidades artísticas de Alicante y su provincia. El orfeón Alicante
estrenaría el Himno a Jijona de López
Fajardo y los grupos corales interpretarían una obra de su repertorio y
posteriormente la famosa pieza « Les
fogueres de San Chuan (sic)», finalizando con el Himno
regional[15].
![]() |
Zenón Vicedo Asensi,
director del orfeón
El Renacer.
|
La velada artística en homenaje al
maestro Torregrosa se celebró el 13 de septiembre en la Plaza de Toros de
Alicante. Participaron los orfeones El Renacer de Aspe; el Popular Coro Clavé,
Orfeón Ilicitano, y Coro Clavé de Elche; el Orfeón crevillentino y su rondalla
de cuerda Fraternidad Obrera; y el Orfeón Alicante. Se llevó a cabo un desfile
que partió desde el parque de Canalejas; las comisiones de los orfeones fueron
recibidas en los salones del Ayuntamiento de Alicante. Desde la sala
consistorial partieron las agrupaciones hacia la Plaza de Toros ondeando sus
pendones, siendo ovacionados por un público que llenaba las calles. Abrió el
concierto el orfeón El Renacer que interpretó la obra Amanecer, seguidos de los otros grupos corales. Intervino el tenor
orcelitano Pedro Sánchez Soler, un dulzainero y la banda municipal de Alicante
dirigida por el maestro Luis Torregrosa. Seguidamente todos los orfeones al
unísono interpretaron el popularísimo pasodoble Les fogueres de San Joan, compuesta por Torregrosa, concitando un
gran entusiasmo y vivas ovaciones al maestro, obligando el púbico a visar otra vez la pieza. Concluyó la velada con el Himno Regional interpretado por todas
las masas corales a los acordes de la banda municipal, resultando un éxito apoteósico[16].
Los acontecimientos que se originaron en Aspe durante la huelga
general de diciembre de 1930 desencadenaron un fuerte represión policial que
provocó 3 fallecidos y la reclusión de varios vecinos de Aspe en la prisión
provincial de Alicante. El 16 de marzo de 1931, el teatro Wagner acogió una velada artística
pro-presos registrando un lleno completo. Participaron la agrupación artística Blanco y Negro de Elche, la banda Arte Musical de Aspe y el orfeón El Renacer. Los ilicitanos representaron
el drama en tres actos y verso La Dolores;
el orfeón entonó varias obras de su repertorio y la banda Arte Musical amenizó el espectáculo con sus compases. El acto
estuvo organizado por el comité pro ayuda a las familias necesitadas de los presos
políticos encarcelados. Los reclusos emitieron un manifiesto de agradecimiento
que no se pudo leer[17].
Instaurada la II República el 14 de
abril de 1931, una delegación de la directiva del orfeón Alicante viajó hasta
Aspe el 14 de julio de 1931, acompañada del alcalde Lorenzo Carbonell. Se había
preparado una jornada de confraternización con las autoridades civiles y
representantes culturales de Aspe, que incluía la imposición de galardones
honoríficos a la banda de música Arte
Musical y al orfeón El Renacer,
en reconocimiento al desinteresado concurso que prestaron en el homenaje al
maestro Torregrosa. Se instaló un templete en la plaza de la República, la
banda Arte Musical ejecutó varias
piezas y conjuntamente con el orfeón interpretaron el popular pasodoble de las
hogueras de San Juan. Hubo parlamentos del alcalde de Aspe, Juan Martínez,
agradeciendo la distinción que el orfeón alicantino confería a las entidades
artísticas de Aspe y del alicantino Lorenzo Carbonell, que enalteció el acto de
hermandad entre los dos pueblos. Finalmente intervino el presidente del orfeón
Alicante, Pascual Ors Pérez, glosando los discursos precedentes y a los acordes
del Himno de Riego y la Marsellesa, impuso las corbatas
distintivas en las banderas y estandartes de las dos sociedades musicales de
Aspe. El acto fue aprovechado para requerir al alcalde el apoyo del
Ayuntamiento al orfeón de Aspe.[18]
Unos meses después, el concejal Mira
Pujalte propuso en un pleno municipal celebrado el 20 de octubre de 1931, que
el Consistorio asignase una subvención al orfeón El Renacer. El alcalde Juan Martínez denegó la propuesta
argumentando que sentaría precedente en las exhaustas arcas municipales. No
obstante, el alcalde argumentó que el orfeón recibiría apoyo municipal tomando
parte en las fiestas organizadas por el Ayuntamiento, gratificándole por su
trabajo. Y de igual modo, recibiría ayudas económicas cuando realizase algún
viaje para asistir a un certamen y le eximirían
del pago de todos los arbitrios municipales[19].
En el primer aniversario de las
víctimas de la huelga general de 1930, los grupos políticos de centro izquierda
convocaron una procesión cívica que culminó en el cementerio, participando más
de 7.000 personas. Los asistentes ofrendaron flores rojas en las tumbas de las
víctimas, interviniendo la banda de música
Arte Musical que interpretó
una marcha fúnebre titulada A la memoria
de mi Padre y el orfeón, que ejecutó dos obras de sentimiento religioso. El
acto se cerró con un breve discurso del alcalde[20].
Programa de mano del Renacer |
De nuevo, El Renacer fue invitado a
ofrecer un recital en Alicante. El 9 de febrero de 1932 actuó en el
Ayuntamiento de la capital, así como en el Casino
Circulo Radical, en el Casino de
Benalúa y otros lugares. Estuvo acompañado de la Rondalla, ejecutando una
pieza ante la redacción del periódico Diario
de Alicante[21]. En las fiestas patronales que
Novelda organizó en 1932 se contrató la participación del orfeón Alicante, y se
gestionaba la participación del orfeón de Aspe, para que conjuntamente interpretasen
Les fogueres de San Joan, dirigidos
por el maestro Torregrosa[22].
Los salones del orfeón acogieron una
velada literaria y cultural el sábado 25 de marzo de 1933. Se cumplía el
séptimo aniversario de la fundación de El
Renacer, la gala estuvo presidida por el notario y literato Gonzalo
Galipienso, que impartió los nombramientos de socios honorarios del orfeón a favor
de Antonio Pérez Galvañ y Antonio Botella Cerdán. Intervino Antonio Botella en
una breve alocución, agradeciendo el reconocimiento y considerando que dicho
homenaje era excesivo. Rememoró en su intervención a José Anselmo Clavé, impulsor
del movimiento asociativo del canto coral en España, recibiendo una gran
ovación de los asistentes. La tertulia prosiguió con la participación del
docente Pedro Galipienso, que presentó ante el auditorio al niño Pepito Verdú
Gimeno, quien disertó una concisa conferencia sobre el trabajo. Desde su
perspectiva infantil y con ternura, departió sobre el valor del trabajo y la
entrega que los obreros debían tener a sus tareas. El acto concluyó con una
poesía titulada El amor y los corderos,
recitada por Gonzalo Galipienso. Seguidamente intervino el barítono José Urios,
interpretando la romanza de La del Soto
del Parral, recibiendo una enorme ovación, la tertulia continuó con
animados bailes a los compases musicales que interpretaba la orquesta Katiuska
de Aspe.[23].
En
vísperas de cumplirse el II aniversario de la República en 1933, el
Ayuntamiento de Aspe organizó la conmemoración de la efeméride contratando a la
banda de música Arte Musical para que
llevase a cabo unos pasacalles e incluyó
la participación del orfeón El Renacer
[24].
El espíritu de confraternización
entre orfeones siguió prevaleciendo durante la II República. En mayo de 1935 el
orfeón Alicante convocó una asamblea de masas corales de la provincia con la
finalidad de realizar un gran certamen de orfeones. Asistieron delegados de
Elche, Crevillente, Aspe, Elda y Torrevieja, aprobándose las bases por las que
habría de regirse el certamen. Se eligió la 2ª quincena de agosto para el
evento. El ánimo era reforzar los lazos de fraternal hermandad entre los
pueblos alicantinos y el fomento del arte en la provincia[25].
Programa de mano del Renacer |
Desatada la Guerra Civil, el orfeón El Renacer siguió actuando en el Teatro Wagner en actividades organizadas
por el Socorro Rojo, respaldando actos de solidaridad con los combatientes
republicanos. La victoria de las tropas franquistas supuso la desaparición del
orfeón El Renacer. La sede fue
desmantelada, desaparecieron las mesas que estaban fabricadas con pie de forja
y tablero de mármol, se prendió fuego a las partituras, el piano fue subido a
un carro para algún destino particular pero se desplomó en el traslado y quedó
destrozado. El local situado en la calle San José se expropió y fue destinado en
la posguerra a ubicar el Auxilio Social, y posteriormente se convirtió en un
almacén de maderas. Al presente no existe el edificio y es un descampado anexo
al edificio del Ayuntamiento.
Afortunadamente,
volvieron a formarse nuevos orfeones en nuestro pueblo que han conservado la
afición de los aspenses por la armonización coral. Actualmente, la entidad que
canaliza a nuestros paisanos amantes de la polifonía coral es el orfeón Virgen
de las Nieves, al que felicitamos por su 25 aniversario. Tengo por dicha que
algunos de mis familiares fueron miembros fundadores del orfeón Virgen de las Nieves. Mi padre, José
Martínez Sánchez, conocido en Aspe como Pepito,
fue un gran aficionado al canto. Recibió un homenaje en compañía de Antonio
Pastor El Litri y Antonio Villa el 4
de julio del año 2004 en el teatro Wagner. Otro integrante de mi familia que
formó parte de los interpretes fundadores del orfeón Virgen de las Nieves es mi suegra Consuelo Martínez Martínez,
dotada de unas cualidades innatas para la interpretación vocal. Al mismo
tiempo, aprovecho para formular un llamamiento a nuestros vecinos con aptitudes
para el canto, con el objeto de que participen y engrandezcan nuestro orfeón,
precisado de nuevas voces.
Por último, deseo
expresar mi agradecimiento a Pepe Torres y a Pedro Pastor Barrachina, gran
admirador del orfeón el Renacer, cuyo testimonio e imágenes me han permitido
completar este trabajo.
Gonzalo
Martínez Español
NOTAS
[1]
MEJÍAS LÓPEZ, F., 1992: « Historia de la Música en Aspe:
1900-1936 ».
Valle de las Uvas, Vol. I. pp. 8-19. Asociación
Cultural Upanel, Aspe.
[2]
Archivo Virtual de Prensa Histórica, El Alicantino, 22/5/1889.
[4]
SEGURA PELLÍN, J.M., 1985:
«Francisco Galinsoga Gil, el Músico: Breve crónica a una existencia de
89 años ».
Trabajo Mecanografiado.
[5]
MEJÍAS LÓPEZ, F., Op. cit., p. 12.
[7]
Reglamento de la Sociedad Coral Aspense el Renacer. Imprenta Agulló, Elche,
1927.
[8]
AVPH, El Luchador 22/7/ 1927.
[9]
AVPH, El Luchador, 2/4/1928, Diario de Alicante, 2/4/1928
[10]
AVPH, El luchador, 9/4/1928
[11]
Programa de fiestas patronales de 1928. Ayuntamiento de Aspe. MEJÍAS LÓPEZ, F., Op. cit., p.17.
[12]
AVPH, Diario de Alicante 29/01/1929
[13]
AVPH, El luchador 20/3/1930, Diario de Alicante, 20/3/1930.
[14]
AVPH, El luchador, 2/9/1930
[15]
AVPH, El luchador 10/09/1930; Diario de Alicante 11/9/1930
[16]
AVPH, Diario de Alicante 13/9/1930; El Luchador 15/9/1930
[17]
AVPH, El Luchador 25/3/1931, Diario de Alicante 27/3/1931
[18]
AVPH, El Luchador 15/7/1931, Diario de Alicante, 16/7/1931
[19]
Archivo Municipal de Aspe. Sig. 1-58-2.
Actas Capitulares 1931-32, sesión de 20 de octubre de 1931, ff. 65-65v.
[20]
AVPH Diario de Alicante, 26/12/1931
[21]
AVPH, Diario de Alicante, 10/2/1932
[22]
AVPH El Luchador 17/7/1931?
[23]
AVPH. El Luchador, 20/3/1933
[24]
A.M.A. Sig. 1-58-5. Actas Capitulares 1933, sesión de 7 de abril de 1933, f.
32.
[25]
AVPH, El Luchador, 22/05/1935.
No hay comentarios:
Publicar un comentario